Se habla mucho sobre las propiedades de la sal, y cada vez más aparecen nuevos tipos de sal: sal rosa del himalaya, sal ahumada de noruega, que si sal volcánica, sal gorda, sal «menuda» (esto me recuerda a un chiste) jejej.
Pues una nueva receta para dar el toque salado a tus platos puede ser con GOMASIO. Consiste en mezclar sésamo y sal de escamas. Es de origen japonés, es bastante recomendable además de para dar sabor por las propiedades que presenta:
– El sésamo aporta calcio.
– Vitaminas B (para la piel), D(antioxidante).
– Fibra a tope
– Proteínas y ácidos grasos que favorecen la circulación.
El gomasio es raro que te lo sirvan junto a la sal y pimienta en muchos restaurantes para aderezar tu ensalada pero este verano en San Sebastian (kafe botanika) en el desayuno servían tostadas de aguacate con gomasio y la verdad que «rico, rico» como diría el sabio Arguiñano.
La receta para hacer en casa es muy fácil y se aconseja no hacer gran cantidad porque al cabo de una semana se estropea. Además se pueden añadir otros ingredientes como almendras, cúrcuma, curry (secreto de mi amiga Inés). El sésamo es muy simpático y admite todo, eso sí teniendo en cuenta que es el ingrediente principal.
Elaboración:
– Poner 5 cucharas de sésamo en una sartén y dorar un ratito, sin llegar a tostar mucho. Añadir 1 cuchara de sal en escamas (no te líes con sales de colores raras). Cuando el aroma inunde tu cocina, dejar enfriar y pasar a un mortero o picadora.
Al romperse las semillas de sésamo va a permitir que sean más nutritivas al tomarlas y su olor a palomita dará un toque muy original a los platos.
Me encanta la idea, lo probaré!